A mí me pasaba, creía querer una cosa pero en el fondo de mi corazón quería otra totalmente distinta. Inconscientemente dejaba de enfocarme en mis objetivos genuinos por replicar y promover ideas adquiridas que me alejaban de mis deseos más profundos. Todo cambió cuando hice consciente lo inconsciente 🙂
¿Sabías que los pensamientos y las emociones, cuando se juntan, influyen en muchas cosas como la incapacidad para cumplir metas y resolver problemas? Analicemos la mente y de dónde vienen los pensamientos y creencias limitantes que no te dejan fluir en la vida; seguramente encontraremos la forma de evitar que esto suceda.
Nuestra mente está dividida en dos partes: Una de ellas constituye el 5% de tus acciones, pensamientos y decisiones, mientras que la otra el 95% de ellos. Pero… ¿Sabés cuál corresponde a cada una?
Somos y actuamos 5% de forma consciente y 95% inconsciente.
Tu mente consciente ocupa un 5% de la mente. Como seres humanos tenemos más de 90.000 pensamientos al día, y la mente consciente solo puede estar atenta a 7 de ellos. Esos 7 pensamientos son los que co-crean una pequeña parte de tu día.
Tu mente consciente, te permite tomar decisiones, reflexionar, hacer comparaciones, razonar y elegir actividades o ciertos actos. La usas para realizar tareas que requieren que estés atento, y así saber cómo hacer lo que vas a hacer. Te da la opción de aceptar o rechazar con voluntad. ¡Gracias a ella estás 100% presente!
Por ejemplo, usas tu mente consciente, cuando estás estudiando o para decidir si puedes cruzar o no la calle, esta trata de minimizar las consecuencias negativas de tus actos, ayudándote a desenvolverte de la mejor manera posible.
Gracias a la mente consciente, desarrollas la inteligencia y adquieres conocimientos y experiencias, tienes la capacidad de conocerte a ti mismo y a tu entorno, puedes darte cuenta de lo que sucede a tu alrededor y lo que realmente sucede en tu interior.
Por otra parte, tu mente inconsciente ocupa el 95%. Allí es donde se almacenan patrones de conducta (como reaccionas ante la vida), deseos o recuerdos reprimidos, creencias y programas mentales que adquiriste a través de experiencias de tu infancia, con padres, amigos y familiares que se han quedado grabados en tu mente y que ya no hace falta volver a procesar, simplemente los tienes configurados dentro de ti.
Si cuando eras niño tus padres sentían envidia por la prosperidad de los vecinos es posible que adoptes ese patrón y tengas marcada esa creencia de que el dinero es malo porque atrae envidia. Si en el colegio tu grupo de amigas juzgaban a las chicas delgadas tildándolas de superficiales, es probable que esa creencia quede guardada dentro de ti y de mayor creas que ser delgado está mal. Tu mente lo recuerda y hace que actúes en modo piloto automático. En la mayoría de casos esos patrones del pasado te impulsan a actuar de determinada manera en tu presente.
Esta mente inconsciente es la que tiene mayor influencia en si quieres o no lograr un objetivo, porque sencillamente esta mente quiere protegerte del peligro, decepciones entre otras cosas más, y lo hace generando pensamientos y sentimientos negativos.
La información negativa en tu inconsciente, es más relevante para tu cerebro ya que activa tus mecanismos de supervivencia, dejando y mostrando residuos de dolor emocional, pesimismo e inhibición en tu memoria, dándote actitudes de victimismo y dramas que te quitan energía o generan ansiedad y miedo.
Te preguntarás cómo es que esto puede pasar. Bueno, realmente eres tú quien le está dando el poder al inconsciente de “escuchar” esos pensamientos y sentimientos, al no aceptarlos, dejándote llevar por estructuras internas en las que crees y de las que te dejas guiar.
La mente, la mayoría de veces te hace poner más atención a las cosas negativas, ¡es normal!, es un aspecto natural de tu cerebro. Pero tú tienes el poder de cambiarlo. ¡Reprograma tu mente! Tu vida debería estar llena de fluidez, alegría y aceptación, si no es así es que hay algo de lo que aún no eres consciente.
¡Conviértete en tu versión consciente!
Hasta aquí me gustaría que te quedase claro cómo influye la mente consciente e inconsciente en tu vida, porque estoy segura de que te ayudará en tu proceso de transformación. Cuando logras hacerte cargo de tus pensamientos y limitaciones ¡todo en tu entorno comienza a girar para bien!
Todo lo que haces de manera automática puedes cambiarlo; incluso tu respiración, algo tan natural, pero es una de las tantas cosas que no hacemos bien porque no le prestamos mucha atención.
Aprende una técnica para alinear lo que dices con lo que quieres lograr, ser y sentir; poniendo tu inconsciente a tu servicio, a través de la programación y reprogramación mental.
Entonces, ¿cómo programar y reprogramar tu mente inconsciente?
Si te estás preguntando cuál es la diferencia, aquí te la explico: en la reprogramación vas a eliminar cosas antiguas y en la programación vas a programar cosas nuevas; las reemplazarás por cosas mejores, con cosas me refiero a pensamientos, creencias y patrones.
Lo primero que debes hacer es buscar un lugar cómodo, siéntate y respira: inhala profundamente, exhala suavemente.
Cierra tus ojos. Entra en un estado Alfa: “estás dormid@ pero despiert@”, ¡estás presente! Un estado de consciencia y conexión. El objetivo es establecer ese diálogo interno de manera concisa y con una intención clara: ¿en qué te quieres enfocar?
Piensa en un aspecto de tu vida que quieras mejorar: sea salud, relaciones, trabajo, finanzas, ejercicio, productividad, etcétera.
Ten un diálogo interno contigo mism@, comienza a identificar pensamientos, patrones negativos, conductas que te estancan, identifica situaciones que te detengan o te impidan mejorar.
Por ejemplo, si eres de las que dice que “nunca tiene dinero”, que el “dinero no es bueno porque atrae envidia”. O si tienes estigmas con tu figura y evitas los hábitos saludables porque crees que son sólo para “la gente fit que es superficial”, puedes ser una persona con patrones mentales limitantes del pasado. Y debes saber que esas etiquetas transforman tu realidad. ¿Qué tal si cambias tu idea sobre el dinero o sobre los hábitos saludables? Posiblemente atraigas más abundancia económica y te mantengas san@ y en forma. ¿Acaso no te gustaría eso en el fondo de tu corazón?
Por eso es importante que busques la forma de programar tu mente de forma positiva para expresar lo mismo desde la aceptación de tus deseos auténticos y no bajo creencias del pasado que otras personas sembraron en ti. Reafirma dentro de tu subconsciente: “el dinero es abundancia”, “el dinero fluye hacia mí fácilmente y me trae bienestar”, “quiero adelgazar para sentirme más cómod@, quiero que mi cuerpo esté equilibrado para estar más saludable”.
La idea aquí es aprender a hacer consciente lo inconsciente. Solo se volverá clara tu visión cuando puedas parar, mirar y escuchar a tu propio corazón, porque quien mira hacia adentro ¡despierta! Y así sabrás realmente con qué ojos deseas verte, qué decides sentir, quién quieres ser, dónde y con quién quieres estar. Activa tu mente consciente y hazte amigo de tu inconsciente.
“La mente consciente es la que fija los objetivos, y el inconsciente es el que se encarga de lograrlos.”
Todo lo que siembras en la mente inconsciente lo cosechas; por ello, es tan importante que plantes semillas positivas siempre siendo consciente de todas las afirmaciones que haces. Soy fiel creyente de que las palabras tienen poder.
Sé que para algunas personas esto cuesta al principio, pero con práctica se hace más fácil y más natural. Aunque no lo creas ¡Se vuelve algo automático! Y ese es el poder de hacer consciente tu inconsciente.
Quiero contarte que el día en que comprendí que existía la mente inconsciente y comencé a conocer todo lo que había plantado allí, empecé a trabajar haciendo cambios profundos. Así con el tiempo mi transformación se hizo más sencilla, ya no me generaba esfuerzo ni sacrificio sino que todo fluía de manera espontánea, comencé a atraer lo que realmente quería.
Namaste