Siempre que alguien me pregunta cómo pueden empezar a cambiar sus vidas, sanando a todos los niveles para construir una vida que amen, vuelvo a mi pasado y recuerdo esa época en la que creía que tenía que incluir cambios radicales para alcanzar el bienestar que buscaba.
Hoy miro hacia atrás y lo ratifico: son los pequeños cambios los que hacen grandes mejoras a nuestra vida. Un paradigma que yo tenía, por ejemplo, era subestimar las afirmaciones positivas. Cuando leía algo en libros o cuentas de Instagram que ponían que con el simple hecho de incluir las afirmaciones positivas, cambiaría mi vida, me decía a mí misma: ¡siiii claro!
Un día dije: ¿Por qué no probar? ¿Qué puedo perder?
Y la respuesta que encontré fue: nada, no pierdo nada con probar, pero sí puedo ganar mucho donde funcione; sin embargo, sabía que debía investigar cómo empezar, cómo lo hacían aquellos que recomendaban este hábito.
En mi proceso personal me encontré con varios autores y varias terapias en las que sorprendentemente todas hacían uso de las afirmaciones positivas para configurar el subconsciente en un plano positivo, en todas encontré historias maravillosas de personas que sanaban sus complejos, sus dolores, sus traumas y su cuerpo con el simple hecho de incluirlas en su día.
De mis autoras favoritas: Louise Hay. A ella te invito a conocerla a fondo porque tiene una historia de vida preciosa, se sanó a sí misma del cáncer y fue una de las que promovió las afirmaciones positivas como una herramienta de sanación, además de ir por el mundo ayudando a la gente a soltar sus dolores y sanar sus enfermedades yendo siempre al origen de todo. ¡La amo!
Me imagino que ya estarán ansios@s por saber cómo empecé a aplicar este hábito en mi vida, ¿no es así? Pues aquí les comparto mis descubrimientos:
Debo admitir que me sentí gratamente sorprendida al darme cuenta que no existe alguien que me motive más, que me aliente y en quien confíe más que en mí misma. Lo que nos decimos internamente tiene una magia que transforma nuestra forma de actuar y de vernos. ¿Te has puesto a pensar con qué frecuencia a lo largo del día repetimos afirmaciones dañinas? o cuánto reforzamos inconscientemente el diálogo interno negativo y las creencias que nos limitan.
Quiero mostrarte cómo podemos cambiar ese paradigma y la intención con la que tenemos ese diálogo interno, porque lo peor que nos puede pasar como seres humanos es pensar y desconfiar del poder o capacidades que hay en nosotr@s mism@s.
El miedo es la pieza más oscura de nuestra imaginación, es la parte que no confía y no acepta; cuando este nos domina, cometemos el error de repetirnos nuestros miedos como afirmaciones una y otra vez, en nuestra mente y en voz alta, hasta que se pegan como un chicle en nosotr@s haciéndonos creer que todo es verdad.
“La vida es dura”, “el mundo es horrible”, “no soy exitoso”, “no tengo una vida llena de abundancia”, “estoy enferm@”, ¿te suenan estas frases? Bueno, es porque son algunas de las miles de afirmaciones negativas que tenemos al día, creyendo que el poder de la palabra es inofensivo.
Estas afirmaciones de quejas terminan siendo determinantes en los procesos de ansiedad, depresión u otras enfermedades: detrás de cada síntoma hay una idea o creencia que nos limita, patrones que hemos adoptado a lo largo de nuestra vida, guiados de una manera inconsciente, enfermándonos o atrayendo negatividad en todos los aspectos de la vida.
¡Detenlo ahora! Tú tienes el poder de cambiarlo. Nuestro estado natural es de felicidad, atrayendo lo positivo en todo lo que el universo nos da. Tod@s, sin excepción alguna, podemos transformar nuestras vidas, por tanto, si cambiamos nuestros pensamientos y palabras, vamos a generar cambios muy positivos: tu cuerpo, mente y espíritu responderán a todos ellos y se beneficiarán de muchas maneras.
“Todo lo que eres surge de tus pensamientos, tus pensamientos, crean tu mundo»
El cambio empieza hoy
Con las afirmaciones positivas puedes cambiar tu proceso de pensamiento y hacer que este juegue a tu favor, y no en contra. Es tan sencillo como cuando te dices a ti mism@ algo de una manera positiva, permitiendo que esa forma de pensamiento se transmita a la estructura química de tu cerebro y a todas las células de tu cuerpo, para que vibren con ese concepto.
Pensar positivo y verbalizarlo te hace sonreír, te da paz, y lo mejor: te hacen estar en el aquí y ahora, cambian tu estado de ánimo y tu manera de ver la vida en este preciso instante.
Haz este ejercicio: Repite en voz alta “yo puedo, yo quiero, yo merezco”. Sonreíste, ¿verdad?
Espero que sí, porque todo lo que quieres para ti empieza por creértelo; por eso es muy importante que formules y repitas afirmaciones que cambien los patrones de negatividad que has arrastrado este tiempo. El modo en que elijas pensar ahora mismo, no es más que tu elección.
Siempre será muy importante que busques aquellas frases que resuenen contigo, que se conecten con tu ser y, sobre todo, con lo que quieres atraer. No todos tenemos las mismas necesidades y no a todos nos van bien las mismas ideas.
Te dejo estas sencillas indicaciones para que comiences a hacer AFIRMACIONES positivas:
- Se consciente de las palabras que usas: las palabras tienen vibración, las palabras tienen poder, las palabras son energía. Cada mañana elige poner pensamientos felices de cómo quieres que sea tu día.
- Formúlalas en modo positivo siempre: evita que contengan la palabra NO, o patrones antiguos que no te permiten cambiar. Evita los “No puedo, No tengo“, o las palabras negativas como “odio”, reemplázalas por “Tengo”, “yo soy”.
Ejemplo: “Necesito dinero”, qué tal si mejor dices: “El dinero llega a mi vida en abundancia, yo soy abundancia, yo soy prosperidad”.
- Sí o sí escríbelas en PRESENTE: Serás más consciente de ellas al momento de decirlas, las sentirás y te conectarás con ellas aquí y ahora, afirma claramente eso que quieres.
Ejemplo: “No quiero estar enferm@” cámbiala por: “Yo gozo de una perfecta salud” o “Mi mente y mi cuerpo están en perfecto equilibrio”.
- Escoge entre 5- 10 afirmaciones que resuenen contigo: Inclínate por aquellas que pueden cambiar tu día a día, y con las que sepas que te vas a conectar y a trabajar cada día, y además aquellas que reemplacen afirmaciones negativas.
- Di la afirmación en voz alta: Decirlas durante 3-5 minutos, al menos dos veces al día (por la mañana y por la noche), busca esos momentos y lugares en los que más te conectes contigo mismo y, sobre todo, ¡créetelas! Di estas palabras desde tu corazón, toma lo que te resuene y deja lo que no.
- Aplícalas en todo lo que más puedas: Si puedes decirlas frente al espejo, mirarte a los ojos y repetir la afirmación, será mucho mejor; verás y sentirás el poder de tu reflejo. También puedes ponerlas por escrito o tenerlas visibles en algún lugar de tu casa, escríbelas en un diario, o úsalas de fondo de pantalla en tu teléfono o computador.
- Se constante, recuerda que la práctica te llevará al éxito. La repetición de una afirmación varias veces al día y diariamente requiere de una concentración absoluta en dichos pensamientos para que se conviertan en una realidad.
Yo he puesto en práctica estos pasos y hoy día puedo poner freno a los pensamientos negativos al tener un diálogo interno más generoso conmigo misma. Te comparto mis afirmaciones favoritas para ayudarte en este proceso. Espero te gusten y te animes a descubrir las tuyas:
Afirmaciones positivas diarias:
“Yo elijo tener pensamientos de felicidad y aprecio”
“Mi vida está llena de prosperidad y abundancia”
“Amo y aprecio mi cuerpo”
“Yo merezco ser feliz”
“Yo vibro y actúo en amor”
“Yo atraigo a mi vida personas y circunstancias positivas”
Cualquier afirmación positiva que termines eligiendo, se convertirá en la semilla para el próximo momento, y en última instancia, ¡para el resto de tu vida! Por eso, cuando te encuentres cuestionándote y escuchando la voz en tu cabeza que te dice que eres menos dign@, recuerda que la palabra CONFIANZA se puede reconfigurar.
Cuando comenzamos a afirmar cosas positivas elegimos ser felices, nos permitimos volver a creer y abrir nuestro corazón a la posibilidad de que cualquier pensamiento negativo que cruce nuestra mente, es falso; todo puede ser fácilmente compensado con una conversación interna positiva.
Tú puedes hacerlo, yo puedo hacerlo, todos podemos hacerlo. Esto es un acto de amor y confianza en ti mism@.
¿Qué tal si lo pruebas solo por una semana? Verás que sí puedes crear una nueva visión, ¡un nuevo yo que está listo para pensar en positivo y crear su nuevo mundo!
Namasté.