Hay días de alegrías y otros de preocupación; otros de enojo y luego de angustia. Las emociones se viven de forma diferente, dependiendo de tu personalidad, de las situaciones que has vivido, o de tu acción y reacción. Pero realmente, ¿conoces el papel que juegan las emociones en tu vida? No te afanes en responder, primero me gustaría hablarte para que descubramos qué son las emociones y cómo se presentan en tu interior.
Las emociones son respuestas químicas que tu cuerpo y tu mente te dan ante situaciones que ocurren a tu alrededor o contigo mism@. Tu organismo capta señales del ambiente, las procesa y da una respuesta inmediata y espontánea, acorde a las necesidades, pero lo más increíble de las emociones es que siempre tienen algo para decirte.
¿Sabías que muchas emociones que sientes se relacionan unas con otras? Incluso, a veces esos rótulos que le pones a algunas vienen de una misma emoción.
Yo no tenía idea de que había tantas formas de sentirse «mal». Tampoco sabía que algunas de las emociones que tenía con tanta frecuencia (por ejemplo, sentirme indigna y vacía) tenían sus raíces en el miedo y la tristeza, pero un día descubrí que existen las emociones primarias y las emociones secundarias. Increíble, ¿cierto?
Las emociones primarias, o sentimientos más internos, son nuestras respuestas emocionales inmediatas a una situación. Las emociones primarias típicas incluyen miedo, ira, tristeza y felicidad (las más conocidas). Por ejemplo: a todos nos ha pasado que sentimos tristeza cuando nos enteramos de una muerte, o miedo cuando nos sentimos amenazados. Son respuestas instintivas e irreflexivas. Hasta aquí estamos hablando de lo más básico y primitivo que tenemos como seres humanos.
Pero las cosas se tienden a complicar cuando las emociones primarias desaparecen y nuestro ser las sustituye por emociones secundarias. Sí, una es consecuencia de la otra.
Las emociones secundarias son las que se desarrollan a partir de las emociones primarias. Una emoción secundaria llega a ti luego de interiorizar esa primera emoción, y se basa en experiencias que hemos vivido y de las que hemos aprendido.
Parece más complejo, ¿cierto? Pero no te preocupes, es así cómo funcionamos. Te pondré un ejemplo mucho más simple sobre las emociones secundarias: Cuando alguien a quien amas te hiere, inmediatamente sientes tristeza; sin embargo, luego que entiendes lo que pasó, esa emoción se puede transformar en sentimientos de soledad, vacío o traición. Estas últimas las sentirás durante más tiempo que la emoción primaria.
Identifiquemos nuestras emociones
Ahora que logramos diferenciarlas, te dejo una lista de emociones primarias y sus emociones secundarias en la rueda de emociones, del psicólogo estadounidense Robert Plutchik, para que seas capaz de empezar a conocerlas e identificarlas.
Este gráfico te permitirá explorar por qué te sientes de la forma en que te sientes, y cómo manifiestas tus emociones al mostrar los diversos grados y complejidades de los diferentes sentimientos y emociones.
Puede ser una lucha identificar claramente qué es lo que realmente estamos sintiendo, pero es el camino para comprenderte mejor.
Te invito a identificar tus emociones con algunas formas en las que se puede usar la rueda de las emociones:
1. Comienza con la rueda más interna y muévela hacia afuera, pasando de las emociones centrales hacia las emociones asociadas que puedan surgir.
2. Alternativamente, si una emoción central no está clara, puedes moverte de afuera hacia adentro, identificando primero el sentimiento asociado y luego dirigiéndote hacia la emoción central. No necesariamente «busques» la palabra correcta. Más bien, al mirar, observa qué palabras resuenan contigo.
3. Otra forma de utilizar la tabla es comparar cómo te sientes hoy o incluso ayer. Por ejemplo: “Me siento _________ hoy, pero ayer me sentí _______ y ________.»
Por lo general, es posible que se apliquen dos o incluso cuatro emociones diferentes.
Tener la capacidad de distinguir cuáles son las emociones primarias y secundarias en nuestra vida nos permite encontrar estabilidad emocional y diferenciar entre nuestras reacciones instintivas (primarias) y los patrones de comportamiento aprendidos (secundarios).
Las emociones son complicadas y nuestro rango emocional es amplio, entonces preguntémonos: ¿estamos simplemente reaccionando a un evento o experiencia? ¿O estamos albergando emociones que inconscientemente heredamos de niños? ¿Cómo podemos notar la diferencia?
¡Prueba la rueda de las emociones! Y después de conocer qué emociones estás sintiendo, haz el siguiente ejercicio.
Aprende a reconocer tus emociones y trata las subemociones
Una de las formas de sanar holísticamente las emociones es lo que yo llamo el “Botiquín del alma”, pero ¿qué contiene este botiquín?
Una pastilla para la aceptación + una para el desapego = encontrar la libertad.
Las emociones traen información para permitirte aprender y reconectar contigo mism@. Cuando sientes una emoción, haz una pausa, ACÉPTALA, suéltala y déjala fluir, entiende y siente el mensaje que tiene para ti, para luego corregirlo. ¿Por qué? Si no le prestas atención o la detienes y te resistes a ella, esta emoción se va haciendo mucho más grande.
Aquí te comparto algunos pasos para conectar con tus emociones y convertirlas en un aliado que te guiará para superar todos los límites que crees tener.
Pregúntate ¿qué emoción fuerte sientes ahora?
- Observa y siente la emoción
- Observa que subemociones estás sintiendo
- Piensa qué pudo ser eso que lo detonó
- Pregúntate si es verdadero o falso
- Y escucha la voz del corazón. ¿Qué mensaje tiene para darte?
Luego que atiendes una emoción, puedes ver de forma más clara la situación y aparece la solución. Al honrar lo que sentimos, sin juzgarlo y sin reprimirlo, nos damos la oportunidad de procesar, aprender y evolucionar.
Escuchar y reconocer lo que estás sintiendo, entender ese sentimiento y darle importancia, puede convertirse en el mejor aliado para autoconocerte y conectarte con el presente; ambos son el primer paso para una vida sana, feliz y plena.